Yo tenía a mi hija de un año y 9 meses en brazos cuando aparece el papá que nos había seguido al lugar.
Una mamá muy guapa le dijo si podía darnos vuelo, y él imbuido en su poder galán fisicolculturista narcisista, comenzó a mostrar destrezas atléticas al hacernos girar a todos como el tambor de una lavadora a mil revoluciones por segundo.
Dos niños como de 12 o 14 años salieron volando, la fuerza centrífuga no nos dejaba enderezar las cabezas, y gracias a Dios una abuela que llegó al lugar le gritó:
"¡Para imbécil! ¿Te volviste loco? ¡¡¡Son niñooooos!!!
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