Mi hija, tenía dos meses de edad cuando su padre me llama al celular y me pide que vaya con ella a acompañarlo en sus vacaciones.Él ya estaba en el Elqui y solo. Claro que eso era mitad cierto y mitad mentira porque la verdad era que la polola lo había dejado solo allá.
Me pidió que fuera en mi jeep manejando sola con la guagua y yo no acepté. No quería ir. No se puede manejar 5 horas sola con una guagua recién nacida.
Me rogó, me imploró y me dijo que ahora que estaba solo se daba cuenta al ver otras familias de lo tonto que había sido. Que quería disfrutar de su hija como todos los otros papás y que por él y por la niña por favor se la llevara para tener unas vacaciones inolvidables.
Y así fueron: IN-OL-VI-DA-BLES !!!!
Decidí ir en avión y eso él no lo pudo soportar. De partida le había desobedecido y segundo él necesitaba mi jeep para poder llegar con 4x4 a Punta de Choros. El auto enchulado con llantas cromadas y luces de xenón no servía para andar por camino de tierra. Tercero, llegué con el coche y eso lo irritó aún más porque le llenaba el auto de cosas.
En resumen, al llegar el primer día a La Serena partimos del aeropuerto a Punta de Choros y a las 23 horas nos quedamos en plena carretera botados con guagua y todo, por pinchar dos neumáticos al mismo tiempo. Nos devolvimos en un camión.
Al día siguiente abortamos la misión y nos fuimos al Elqui. El invitó a toda su familia a una gran cabaña que jamás existió y todos fueron testigos, en el camping Rio Mágico, de como él se comportaba como papá:
- Si la guagua se hacía kk e íbamos en el auto, él decía "que se aguante" y no cedía hasta una hora después a parar para que yo la mudara.
- Si le pedía en la carpa que se quedara con ella para yo poder ir al baño, al volver lo encontraba metido en el río nadando de espalda y a la guagua en la orilla tirada en el suelo sola, al sol y rodeada de perros vagos.
- En la noche yo la acostaba, la amamantaba a eso de las 20 horas, y él se iba a los 31 años con los vecinos de 18 años a un cerro a carretear y regresaba a las 5 am borracho y se tiraba dentro de la carpa. Una madrugada casi aplasta a la guagua. La madrugada siguiente quemó la carpa con el encendedor para poder ver y no aplastarla.
- En el auto ponía la música a todo volumen y la guagua, en edad de dormir mucho, estaba muy estresada. Un día le bajé el volumen de la radio, y él sacó la radio y la tiró para atrás sin mirar donde caía. Mi hija no recibió el radiazo.
- Al final, nos fue a dejar de malas al aeropuerto y eso fue un alivio para mi. Sin embargo, justo antes de llegar se cruzó muy mal un conductor que casi nos choca. Lo peor fue la reacción. Se inició una carrera agresiva de auto a auto, con pelada de forro incluída y frenadas y aceleradas bruscas que asustaron a la guagua y a mi. Este episodio le puso fin al funesto paseo.
Con todo este prontuario, está más que claro que acá hay un problema grave. Y es que no existe ni siquiera un instinto paterno.
No es cosa de edad ni de madurez. Es otro problema, el mismo que hizo que hace un año le pegara a su propia hija con cabezazos contra la pared.
Hoy no quiero entregarla para que se vaya con él. Me piden pruebas de todos estos hechos que narro en tribunales. Pero los únicos testigos son su familia y lo protegen a él. No a mi hija.
Y esto no es un cuento, es una historia real.
Twitter: @casipresa2
Porque tengo una orden de arresto.
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